Este enero se cumplen cuatro décadas del lanzamiento en 1977, de uno de los discos más aclamados de la banda británica de rock psicodélico Pink Floyd.

El álbum fue el primero que escribió el bajista Roger Waters y se puede apreciar en él una corriente de ansiedad e ira, en lo que se puede escuchar como uno de las mayores arremetidas de la banda contra la sociedad. Inspirada en el libro de George Orwell “Rebelión en la granja”.

El disco empieza con la dulce y lenta introducción de “Pigs on the wing” sirve como el destape de una placentera puerta de sonido cargado de crítica social, política y drama psicológico que se está a punto de atravesar.

En “Dogs” Gilmour brilla con un extendido solo musical en donde más adelante lo acompaña la banda a la perfección. A medida que la canción avanza, el perro va tomando conciencia y la felicidad de la ignorancia se va convirtiendo en el terror del conocimiento. Se siente el peso de una vida vacía, en búsqueda del éxito económico, un camino compuesto por resignación y dolor. Esto queda resaltado con la frase “dying of cancer alone” (muriendo de cáncer, solo). La canción concluye con una serie de acusaciones cantadas por Waters condenándolo a el, a ellos, a nosotros a la muerte.

En la siguiente canción “Pigs (Three different ones)” sigue la arremetida contra los capitalistas que controlan el show, y una vez más David Gilmour se destaca con sus solos de guitarra sobre el sonido de un cencerro. Por su parte Waters deja su marca cantando “Haha, charade you are” (sos una farza).

En “Sheep” la banda nos cuenta una historia de matanza, revolución y redención. La oveja aunque indefensa, tiene dientes y muerde para contraatacar y así lograr vencer finalmente a los perros que están en el poder. Una curiosidad es que la canción tiene una especie de pasaje bíblico, con una versión del salmo 23 modificado.

https://www.youtube.com/watch?v=UqlsVZ1zxMk

El álbum termina de nuevo con un contraste del contenido que se puede ver previamente, con una música hasta si se puede decir romántica, con la inspiración de la entonces esposa de Roger. «Pigs on the wing» cierra el álbum con una tonada que nada tiene que ver con el contenido que se puede encontrar en el medio del disco.

De esta manera Waters abre la puerta a la inspiración y demuestra un interés por su voz interior que pudo manifestar más adelante, cuando pudo expresar en la creación de The Wall.