Keith se ha dado cuenta que es un hombre de familia, un abuelo que disfruta de sus lecturas, la compañía de sus esposa, sus hijo y sobre todo sus nietos. Los tiempos en que utilizo su cuerpo “como un laboratorio˝ han quedado atrás. La única adicción que no ha logrado superar, es la música. El nuevo documental Under the Influence que significa bajo la influencia, se refiere a la música y no a la sustancias que también le acompañaron en su vida.
El documental es un homenaje a sus maestros y a su gran adicción, la música. “Si miro hacia atrás, la música ha sido mi principal droga. La diferencia es que la música, además de metérmela, la saco de mi cuerpo. Mientras que las otras drogas lo único que hago es ponérmelas. He experimentado mucho. Me he convertido a mí mismo en un laboratorio. Soy de los que piensan que mi cuerpo es mío y puedo hacer con él lo que quiera. A ver qué hace esto por la nariz, a ver esto por la vena…”, detalla.
Y sigue: “Pero en un momento determinado, hacia finales de los ‘70, decidí que el experimento había ido demasiado lejos. Fue un periodo muy interesante, pero tampoco creo que las drogas sean nada del otro mundo. Algunas personas están enganchadas al café, lo cual no me seduce mucho. Las drogas llenan titulares: ¡Keith Richards, ciego perdido!’ Pero para mí fueron un experimento menor. Pero comprendí que si no cortaba ese experimento por lo sano, no habría más Stones. Y para mí eso sería imperdonable. Así que paré”.