El Real Madrid ganó 3-1 al Nápoles en el choque de ida de los octavos de final de la Champions League y partirá con ventaja en el choque de vuelta que se disputará el próximo 7 de marzo en el estadio de San Paolo. El tercero merengüe fue un golazo.

El duelo respondió a las expectativas en un Bernabéu con ambiente de noche europea, sin espacio para los reproches y solo para el aliento. Un partido en estado de efervescencia continuo, sin pausa, a un ritmo endiablado. Con presión alta del Real Madrid para anular las virtudes del Nápoles. Verticalidad italiana aceptando el duelo con valentía, con el impulso moral de la charla de un mito como Diego Armando Maradona en el vestuario.

De hecho, el jugador del Napoli Lorenzo Insigne abrió en el marcador en el minuto 8 con un disparo lejano que sorprendió al portero costarricense Keylor Navas. La arenga del Diego parecía dar sus frutos.

Después, en el 18, Karim Benzema empató el partido con un remate de cabeza tras un centro desde la banda derecha de Dani Carvajal. El francés desplegó un buen partido y sus actuaciones poco a poco lo redimen con la afición merengüe que más que acierto le pide actitud.

En la segunda parte, Toni Kroos, tras una asistencia de Cristiano Ronaldo, hizo el 2-1. Corría el minuto 49 y el Real Madrid empezaba a castigar con dureza la valentía del conjunto celeste.

Finalmente la historia declinó para el equipo de Zinedine Zidane por medio de Casemiro. El centrocampista brasileño cerró la cuenta en el minuto 54 con un gran disparo desde fuera del área. Era el día para brillar, y así lo fue.

El Real Madrid jugará de nuevo mañana a las 12:15, esta vez contra Espanyol por la Liga Española.