Faltan sedantes y algunos antibióticos en la Unidad de Terapia Intensiva del INERAM, hospital destinado a atender pacientes con COVID-19. Ante este problema, los profesionales tienen que recurrir a un «pasamano» como solución, que parte de los médicos que firman la receta, quien se la entrega a la enfermera, para que después se la lleva al portero y finalmente este le dé a los familiares del paciente que están apostados esperando frente al hospital, para que compren los insumos necesarios, comentó el Dr. Carlos Morínigo, director del centro asistencial.