Mientras Brasil espera la llegada de medio millón de turistas para los Juegos Olímpicos de este año, los investigadores se desvelan por evaluar los potenciales riesgos que entrañan los Juegos para la propagación global del virus del zika. Los infectólogos están especialmente abocados a estudiar la posible propagación del zika en Estados Unidos. Se espera que hasta 200.000 norteamericanos viajen a Río para los Juegos de agosto. Cuando regresen al tórrido verano del hemisferio norte, habrá muchos más mosquitos dando vueltas, con la capacidad de transmitir el virus en territorio norteamericano. Los investigadores brasileros dicen creer que elzika, relacionado con severas malformaciones en el feto, ingresó a su país durante otra importante justa deportiva en la que también confluyeron en Brasil cientos de miles de visitantes extranjeros: laCopa Mundial de Fútbol 2014. Aquí en Río, los rastreadores de virus dicen que el brote que azota actualmente a Brasil probablemente llegó de Polinesia, donde el virus estaba haciendo estragos en pequeñas islas del Pacífico. Se cree que desde entonces, alrededor de 1,5 millones de brasileros contrajeron el virus, y ahora las autoridades están investigando miles de casos de recién nacidos con daño cerebral y microcefalia. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el zika se ha esparcido a más de 20 naciones y territorios del hemisferio occidental, reflejo de la velocidad con la que una epidemia puede propagarse sin mediar ningún evento en el que converjan personas de todo el mundo. El virus no es letal en sí mismo, y muchos de los infectados ni siquiera manifiestan síntomas. La gran pregunta es si el zika es responsable del exponencial aumento de malformaciones congénitas que informan los médicos, los hospitales y diversas autoridades sanitarias de Brasil durante los últimos meses. Esa conexión todavía no está probada