Adele nos tiene muy mal acostumbrados porque sus actuaciones están siempre a un nivel sobresaliente. Pero es humana y en ocasiones tiene que pelear contra los elementos, como cualquier hijo de vecino, sacando adelante las actuaciones tirando de profesionalidad y una dosis extra de talento. Eso es más o menos lo que sucedió esta pasada noche en la gala de los 58 Grammy Awards celebrado en el Staples Center de Los Angeles, donde la vocalista británica interpretó All I Ask, el nuevo single extraído de su ya casi celebérrimo disco 25. Y es que los problemas de sonido empezaron al inicio de la canción, con un corte inesperado confirmado después por la cadena de televisión encargada de retransmitir el evento, CBS, que habló de un «incidente técnico de de 5 a 8 segundos durante la emisión».