Esta canción dice: “Me encantaría ponerme un arco iris todos los días y proclamar que todo va bien, pero intentaré llevarme a cuestas un poco de oscuridad hasta que las cosas vayan mejor. Soy el hombre de negro.””Man in black”. La escribió Johnny Cash en 1971 y él mismo acabó asumiendo el personaje, vistiendo del color que no es color el resto de su vida.

Johnny Cash, cuya historia de amor por June Carter y de lucha contra las drogas resucita la película que aquí se ha titulado “En la cuerda floja”, pero que lleva por título el de esta canción “I walk the line”, nació en Arkansas el 26 de febrero de 1932. Johnny tenía seis hermanos, se crió en el campo y su única relación con la música tuvo que ver, una vez más, con la madre y la religión.

La madre de Cash fue quien más fé tuvo siempre las aptitudes de Johnny para la música. A pesar de haberse criado en un entorno poco propicio para la creación musical, “el hombre de negro” sí tuvo la suerte de escuchar desde niño las canciones de su madre y, en la iglesia, los himnos religiosos que llegó a grabar por dos veces en su vida. También escuchó el blues que se cantaba en los campos de algodón y, claro está, el country de la América rural.

Cash fue un vaquero trasplantado en la ciudad. Tras cuatro años en el ejército, emigró a Memphis, en Tennesse, el estado del country. Allí intentó y consiguió fichar por Sun, el sello que descubrió a Elvis. Con ellos grabó toda una rerie de discos recogidos en una reciente antología.

Cash, que se tomaba a broma la adoración de Sun por Elvis, dejó la compañía cuando ésta no le permitió grabar un disco de gospel, “Himnos”, que hoy está entre lo mejor de su producción.

En los sesenta, ya casado y con hijos, cayó su popularidad, quizá debido al abuso del alcohol y las anfetaminas, hasta que una mujer, June Carter, se cruzó en su vida.

June Carter se acercó a quien aún no era “el hombre de negro” cautivada y temerosa. Lo explicaba en una canción “Ring of fire” que escribió para su hermana, pero pensando en Cash. El propio Cash acabaría convirtiéndola en uno de sus éxitos.

June y Johnny se casaron en 1968. Ella se había propuesto, como dice el propio Johnny, mantenerme vivo. Y la verdad es que lo consiguió: le apartó de sus adicciones y, ese mismo año, Johnny grabó “En la prisión de Folson”. Un año después repitió la expreiencia en San Quintín, donde, para tocar se puso el mono naranja, reglamentario para los internos, y cantó “Un chico llmado Sue” que le hizo definitivamente universal”.

Son los años en que Bob Dylan, al que siempre apoyó, incluso cuando decidió enchufar sus instrumentos, le pide que escriba la presentación de su “Nashville skyline” y que le haga los coros de una canción que después grabarían juntos: “Girl from North Country”.

Llegan después los años de la estabilidad personal y de una carrera en ascenso, con programa enla TV, incluido, hasta que su música deja de atraer al publico. Estamos en la segunda mitad de los ochenta y todo parece que va a acabar mal. Es entonces cuando Rick Rubin, un productor del hip-hop, se siente atraido por el viejo ídolo y le propone grabar un nuevo disco.

Aquel disco acabaría siendo el primero de cuatro y se convirtió en uno de 500 los mejores de la Historia. Eso dio nueva vida a la carrera de Cash que ya se acercaba a los setenta y estaba ocupado en supervisar el material de las antologías con que se celebraría su 70 cumpleaños. Todo un acontecimiento para la música y la cultura de los Estados Unidos.

June que dedicó su vida a “mantenerle” vivo, murió a los pocos meses de ese cumpleaños y Johnny no tardó en seguirla el 12 de septiembre de 2003. Johnny había escrito en “Meet me in Heaven”: “al final del camino, cuando hayamos cantado nuestra última canción, ¿te reunirás conmigo en el Cielo?”.