La cantante británica Adele tuvo el albúm más vendido del mundo el año pasado, publicó la Federación Internacional de la Industria Fotográfica (IFPI), en donde muestran que el álmbun “25” de la compositora, vendió 17,4 millones de copias, cinco veces más que Ed Sheeran y Taylor Swift, cuyos dicos “X” y “1989” respectivamente, vendieron 3,5 millones de copias cada uno.

La IFPI dijo que los ingresos globales de la música grabada se incrementaron 3,2% a 15mil millones de dólares entre 2014 y 2015, cuando la industria diezmada por la revolución digital volvió a crecer.

Por primera vez la música digital generó la mayor parte de los ingresos: las ventas de música digital, incluyendo streaming y descargas, representó el 45% del total, frente al 39% de música en vinilo, CDs y otros productos físicos. La mayoría del resto de los ingresos provinieron de derechos de interpretación.

Pese al incremento general de ingresos, el reporte señala que existe una brecha de crecimiento entre la cantidad de música consumida y el dinero que perciben los artistas y productores.

Esta brecha se incrementó debido a la creciente popularidad del streaming en servicios apoyados con publicidad y donde los usuarios hacen uploads, como YouTube, que argumentan que están exentos de las reglas de licencia que aplican a otros servicios de música, y les pagan menos a los músicos y compañías de grabación.