A principios de 1966, los Beach Boys eran una de las bandas más importantes de los Estados Unidos con una gran cantidad de discos publicados y varios éxitos en los rankings. Aquella moda del surf, la playa, las chicas de California había logrado instalarse en los jóvenes de la época.

Brian Wilson, compositor principal del grupo, sentía la presión de tener que darle vida a un hit tras otro. Esto lo llevó en 1965 a sufrir un ataque de pánico en pleno vuelo. Fue así que tomó una importante decisión: dejaría de girar con la banda. De esta forma, el músico podía dedicar todo su tiempo a darle vida a nuevas canciones. El resto del grupo, formado por sus dos hermanos (Dennis y Carl), su primo Mick Love y un amigo Al Jardin, aceptaron el desafío.

A principios de 1966, Brian se juntó con unos amigos en su casa para escuchar el nuevo disco de los Beatles, Rubber Soul. “Me volvió loco, no lo podía creer. El disco me voló la cabeza. Eso era lo que quería hacer”, reconoció Wilson en su autobiografía “Wouldn’ It Be Nice”. El joven compositor de 23 años sintió la necesidad de superar aquella obra. Un nuevo objetivo que tenía que afrontar: entregarle al mundo del rock y del pop una obra maestra. “Voy a grabar el disco más importante de la historia”, le contó a sus familiares y amigos