Editado hace pocos días, podríamos tomar a Clean Your Clock como el testamento de Lemmy Kilmister, cantante y bajista al frente de Motörhead durante 40 años. Esto era la banda en vivo, esto nos dejó. El álbum (CD y DVD) fue registrado en Munich, en noviembre del año pasado, un mes antes de la muerte de su fundador. Fue una de las últimas paradas del 40th Anniversary Tour, una gira que sufrió varios traspiés y cancelaciones por la enfermedad que atravesaba Lemmy.

Pero ahí queda inmortalizado él, una vez más, con su voz cavernosa, las verrugas y el sombrero, pegándole al bajo como de costumbre, con sus laderos de siempre (el guitarrista Phil Campbell y el baterista Mikkey Dee). “Nosotros somos Motörhead y tocamos rock and roll”, era la presentación que pronunciaba Lemmy antes de cada recital. En este registro ni siquiera hizo falta: suenan las sirenas, el trío sale al escenario y abre con “Bomber”, un clásico de 1979.

A Lemmy, la estampita del grupo, se lo ve estoico. La banda suena maciza, como ese mix imbatible de Black Sabbath tocando a la velocidad de los Ramones. Se mezclan temas de antaño con tracks de sus últimos discos («When the Sky Comes Looking for You» suena premonitoria) porque la banda, a contrapelo de los artistas de esta época, siempre siguió grabando material nuevo cada dos años, sin dormirse solamente en los clásicos. De ahí que hayan editado 22 discos en toda su carrera (y 13 en vivo).

Algunas perlitas del show: “Just ‘Cos You Got The Power” dedicada “a todos los políticos que nos hacen la vida imposible”, el recuerdo para Phil Taylor (antiguo baterista del grupo, fallecido ese mismo año) en “Doctor Rock”, los chistes con el público en “Over The Top”, la ansiolítica “Whorehouse Blues”, donde los músicos se sientan y Lemmy toca la armónica, la polenta de “Ace of Spaces” y “Overkill” para el ritual de despedida, y los tres minutos de acoples que quedan sonando al final del concierto, como un fantasma que repta por el escenario.

En el booklet lo vemos a Lemmy jugando con un tragamonedas al lado de una heladera llena de cervezas. Así transcurrió toda su vida, entre casinos, bebidas y conciertos. La banda agradece a todos los que los acompañaron en estas cuatro décadas de historia y se despide con una frase a modo de epitafio: “Y recuerden siempre, si está demasiado fuerte, estás demasiado viejo”. A tu salud, Lemmy.