El próximo 24 de febrero Britney Spears vuelve a los escenarios en Las Vegas y, como pretende que sus shows «sean espectaculares», estableció una peculiar condición a su staff de bailarines.

La estrella pop les prohibió que consuman alcohol y mantengan relaciones sexuales durante los días de concierto, con el objetivo de evitar que tenga distracciones.

Los bailarines que actuarán junto a Britney debieron firmar por contrato que cumplirán estas exigencias de la artista norteamericana.

«Britney espera el mismo nivel de compromiso por parte de sus bailarines que el que ella está dispuesta a ofrecer, así que las distracciones como el sexo y el alcohol están fuera de límites», señaló una fuente cercana a la cantante a la revista Heat.